Cuando haces ejercicio. Ejercitarte trae grandes beneficios para cuerpo y mente, pero antes de empezar con rutinas y entrenamientos, es importante que consultes con un especialista para tomar las medidas necesarias y evitar lesiones o complicaciones.
Dependiendo de tu edad, tu salud y tus condiciones físicas, las recomendaciones para hacer ejercicio varían, por ejemplo los ejercicios en la edad madura son diferentes a los ejercicios durante el embarazo.
Cuando haces ejercicio.
Te presentamos 10 recomendaciones generales para desempeñar tu actividad física de forma segura:
- Utiliza ropa y calzado cómodo, si es posible especializado para hacer deporte
- La hidratación es fundamental, hazlo antes, durante y después de la actividad física
- Estira y calienta durante 10 minutos antes del ejercicio
- La constancia es clave, procura entrenar mínimo 30 minutos, cuatro veces por semana
- Expulsa el aire cuando realices esfuerzos durante el ejercicio y tómalo de nuevo mientras descargas y retomas
- Avanza progresivamente, aumenta de a poco la carga y el esfuerzo para evitar complicaciones
- En caso de sentir mareo, náuseas o ardor en el pecho, detén inmediatamente la actividad
- Realiza estiramientos al finalizar, al menos por 10 minutos para evitar lesiones musculares
- Una alimentación adecuada es clave para resistir las rutinas de ejercicios sin dificultades
- No olvides los kit de seguridad a la hora de hacer ejercicio, por ejemplo el cascos y las rodilleras.
Cualquier actividad física bien desarrollada es saludable, pero son muchos los factores que afectan, tanto de la propia persona como externos. Tan importante como estirar, calentar o una correcta alimentación es conocer los límites del cuerpo para no caer en el sobreentrenamiento. El exceso de ejercicio y la falta de descanso pueden hacer que el gasto de energía y el trabajo del cuerpo se vuelvan contra uno, pudiendo causar males menores y revocables o lesiones y daños permanentes.
Según ha explicado Fernando Gutiérrez, director del centro de Medicina del Deporte en la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (Aepsad), a Diario Médico, «a la hora de plantear un nivel y tipo de ejercicio para cada persona no se puede generalizar, hay que ver cada caso individualmente». Cada uno tiene unas condiciones físicas que derivan de su genética, su historial deportivo y sus hábitos de vida. Así por ejemplo, no se puede plantear de la misma forma unos horarios de ejercicio una persona que haya mantenido una buena condición física todo el año que quien quiera aprovechar sus vacaciones para ponerse en forma.
Sea cual sea el nivel físico de la persona, el aumento de intensidad o duración en el ejercicio debe ser gradual, de otra forma, no es necesario llegar al sobreentrenamiento para que se den lesiones u otros problemas. Como expone Gutiérrez, «es importante escuchar al cuerpo». El sobreentrenamiento, en definitiva, consiste en superar un nivel de ejercicio que el cuerpo no está preparado para soportar, y esto ocurre en forma de sensación de fatiga con trabajos que normalmente no la producían, dificultades para dormir, cansancio general o falta de apetito entre otras. Cuando esto ocurra, se debe regresar al nivel de ejercicio previo a estos síntomas.
Tan importante como el ejercicio, es la asimilación o el denominado «entrenamiento fantasma». Si el cuerpo no se encuentra descansado, bien alimentado y en buenas condiciones, el ejercicio será contraproducente, reduciendo cada vez más la forma física y aumentando los riesgos de lesiones, depresiones del sistema inmunitario o descontrol metabólico.
Riesgos del calor
Especialmente peligroso es precisamente el verano para realizar actividades físicas, si no se conocen sus riesgos. Gutiérrez explica que, «las horas a las que se hace ejercicio son muy importantes, siendo las primeras horas de la mañana, y al anochecer las mejores». La bajada de la temperatura y el descenso de emisión de gases contaminantes durante la noche hacen que el aire a primeras horas de la mañana esté más limpio, haciendo de este momento el mejor. Durante el día, especialmente cuando más sol hay, las altas temperaturas junto con el propio ejercicio deshidratan mucho el cuerpo, y por ello, tanto si se hace ejercicio a buenas horas o no, mantenerse hidratado es vital.
Si el ejercicio es prolongado, como un partido de tenis o montar en bicicleta durante más de una hora, es tan importante como hidratarse mantener unos buenos niveles de sales minerales. Por la sudoración se pierden muchas sales y, si el cuerpo no las conserva en buenos niveles, se pueden dar problemas como hiponatremias, problemas cardiacos o edemas cerebrales. Adicionalmente, si el ejercicio es de cierta intensidad, se deben consumir hidratos de carbono para que el organismo asimile bien el trabajo.
Finalmente, desde la AEPSAD, resaltan la importancia de animar a las personas a realizar cualquier deporte que disfruten, ya que los beneficios son tanto físicos como psicológicos. Es necesario por esto que los deportistas sean conscientes de que cada tipo de ejercicio requiere una equipación determinada. Existe una gran tendencia por ejemplo a usar el mismo calzado para salir a correr o para hacer senderismo, cuando las características de un ejercicio y otro son diferentes y no ir bien equipado puede resultar dañino para el cuerpo.
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